Seguimos contigo FIDEL

      Según nos sentencia William Shakespeare en una de sus célebres frases:

       "El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es  eternidad." 

   Eterna será nuestra Revolución Cubana entre el latir revolucionario e incorregible que fluye por las arterias de todo el pueblo cubano. 

          Eterno se nos hizo nuestro invicto Comandante en Jefe  cuando le supimos inmortal entre todas las almas de buena voluntad... entre quienes se dejaron la piel "luchando por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo."

       Por ello... disfrutando del legado que nos dejó Fidel Castro Ruz, transcurrían los trecientos sesenta y cinco días que fluyeron como caudal de río en medio de una crecida. 

         Por ello nos encontrábamos nuevamente en vela este sábado 25 de noviembre, desde la Escalinata de la Universidad de La Habana, como si fuesen las noches del mes en curso pero del pretérito 2016; cuando la terrible noticia nos estrujaba el pecho hasta los límites de la asfixia entre lágrimas y la incredulidad de quienes... más que en sus Santos, confiaron y pusieron toda su fe en el Comandante de nuestra Revolución. 

              ...todo un pueblo enérgico y viril que continúa y continuará -sin contemplar complementos circunstanciales- haciendo temblar a la injusticia... 

            

            Porque da gusto ver cómo los tiempos cambian pero nosotros seguimos siendo los de siempre. Porque seguimos siendo precisamente: Los Cubanos de Fidel. Porque da gusto escuchar a gritos un Viva Fidel pronunciado por su pueblo. 

          "No hay duda alguna de que este  es el pueblo y la juventud de Fidel", comentaba Lisel Viña entre sus compañeros del Centro de Inmunología Molecular,  enorgullecida de la energía fidelista que se respiraba en el ambiente. Continúa: "...podemos sentir cuan cercano y querido es Fidel por todo su pueblo e incluso hasta por el mundo que de igual modo se conduele por su desaparición física..."

         

             El mismo dolor que nos late haciéndose común para todos los que le continúan llevando tan dentro como para sentirle miembro imprescindible de nuestra estirpe. Como para gritar aunque nos quedemos sin voz: 

                  "Todos somos FIDEL"